domingo, 1 de abril de 2012

El dengue: una creciente amenaza

El dengue: una creciente amenaza


“Los Servicios de Salud de Morelos [...] en coordinación con la Dirección de Salud del H[onorable] Ayuntamiento de Emiliano Zapata otorgan el presente pre-certificado a: Templo Salón del Reino de los Testigos de Jehová por su trabajo en equipo para el logro de espacios limpios libres de criaderos de mosquitos transmisores del dengue.”

LAS autoridades mexicanas tienen buenas razones para estar preocupadas por la proliferación de estos pequeños pero molestos insectos, ya que el virus que transmiten es muy peligroso. Tan solo en 2010, el dengue afligió en ese país a más de cincuenta y siete mil personas. Sin embargo, México es tan solo uno de los más de cien países donde esta mortífera afección se ha vuelto endémica. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año surgen unos cincuenta millones de casos por todo el mundo y que dos quintas partes de la población mundial están en riesgo de contraer la enfermedad. Debido a ello, las autoridades de salud han establecido programas destinados a erradicar al mosquito Aedes aegypti, que se caracteriza por sus manchas blancas y es uno de los principales transmisores del virus del dengue.

El dengue es más común en los climas tropical y subtropical, sobre todo durante la temporada de lluvias y después de desastres naturales como huracanes e inundaciones. Esto se debe a que la hembra del mosquito Aedes deposita sus huevecillos dondequiera que encuentra agua estancada. En Latinoamérica y el Caribe se acostumbra almacenar el agua de las casas en tanques, por lo que las autoridades de salud exhortan a la población a cubrirlos para evitar que se conviertan en criaderos. Otra manera de evitar la proliferación es manteniendo los patios libres de neumáticos, recipientes de metal y plástico, tiestos o macetas... en fin, de cualquier cosa donde se pueda estancar el agua.

Cómo identificar y tratar el dengue

Es muy fácil confundir los síntomas del dengue con los del resfriado común. Por eso, la OMS recomienda estar alerta a los siguientes síntomas: fiebre acompañada de sarpullido, dolor detrás de los ojos y en los músculos, y dolor agudo en las articulaciones (razón por la que se le conoce como fiebre quebrantahuesos). La fiebre dura entre cinco y siete días.

Aunque todavía no existe cura para el dengue, la mayoría de los casos se pueden tratar con descanso y muchos líquidos. No obstante, es necesario mantener bajo observación estrecha al enfermo por si aparecen síntomas de fiebre hemorrágica o del síndrome de choque por dengue. Estas complicaciones, que pueden ser mortales, suelen ocurrir una vez que cede la fiebre inicial y el paciente comienza a mejorar. Algunos de los síntomas son dolor abdominal agudo, vómito persistente, sangrado de nariz y encías, heces oscuras y petequias (manchas rojizas o violáceas debajo de la piel). El síndrome de choque por dengue puede provocar además agitación, sed excesiva, piel pálida y fría, y presión arterial muy baja.

Lamentablemente, los antibióticos no sirven para tratar el dengue, pues se trata de una infección viral, no bacteriana. Además, el enfermo debe evitar los antiinflamatorios, tales como el ibuprofeno y la aspirina, pues aumentan el riesgo de sangrado. Existen cuatro variedades de virus del dengue, y la enfermedad podría afectar a una persona más de una vez en la vida.

Si usted contrae dengue, beba abundantes líquidos y descanse mucho. Trate de mantenerse dentro de un mosquitero tanto tiempo como pueda a fin de evitar que los mosquitos lo piquen y contagien a otras personas.

Pero ¿hay manera de prevenir las picaduras? Sí, hasta cierto grado, usando mangas largas y pantalón o vestido largo, así como repelente. Aunque los mosquitos pueden picar a cualquier hora del día, los momentos de mayor actividad son dos horas después de que sale el Sol y dos horas antes de que se ponga. Otra manera de protegerse es dormir con un mosquitero rociado de repelente.

El tiempo dirá si se logra obtener una vacuna eficaz contra el dengue. Pero pase lo que pase, será el Reino de Dios el que erradicará esta y todas las demás enfermedades. Se acerca el día en que se cumplirá la siguiente promesa: “[Dios] limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado” (Revelación [Apocalipsis] 21:3, 4).


En algunos países, hay otras especies de mosquitos, como el Aedes albopictus, que también portan el virus del dengue.

Los mosquitos del género Aedes no suelen viajar a más de unos centenares de metros del lugar donde nacen.

Elimine posibles criaderos

1. Neumáticos abandonados
2. Canaletas de desagüe
3. Tiestos o macetas
4. Recipientes plásticos
5. Barriles y recipientes metálicos
Prevenga las picaduras de mosquito
a. Use mangas largas y pantalones o vestido largo, así como repelente
b. Duerma con mosquitero


Cáncer de mama. Qué esperar y cómo actuar

Cáncer de mama. Qué esperar y cómo actuar


CARMEN no presentaba ninguno de los factores de riesgo clásicos. A sus 40 años gozaba de buena salud, y en su familia no había antecedentes de cáncer de mama; además, su mamografía periódica no revelaba anomalías. Pero un día, mientras se realizaba un examen de los senos en la ducha, notó un bulto. Resultó ser cáncer. Mientras el médico les explicaba las opciones, ella y su esposo permanecieron petrificados en las sillas.

Antiguamente, el médico le decía a una mujer con cáncer de mama que su única esperanza era someterse a una mastectomía radical (operación en la que se extirpa la mama, los ganglios linfáticos del pecho y de la axila, y los músculos pectorales, ocasionando una desfiguración). Los tratamientos de quimioterapia o radioterapia prolongaban el suplicio, por lo que muchas mujeres le tenían más miedo a la “cura” que a la enfermedad.

La batalla contra el cáncer de mama ha sido un continuo esfuerzo por atacar con contundencia una enfermedad mortífera sin causar una desfiguración innecesaria y los dolorosos efectos secundarios. Como Carmen, las pacientes hoy cuentan con diversas opciones. Y un incesante flujo de estudios clínicos e informes periodísticos alimentan la esperanza de que los nuevos tratamientos, las pruebas de predicción y las dietas preventivas acaben venciendo a la enfermedad.

A pesar de los avances de la medicina, el cáncer de mama es todavía una de las principales causas de muerte por cáncer en la mujer. Los países industrializados de Norteamérica y Europa occidental tienen una alta incidencia, si bien las cifras están aumentando en Asia y África, donde históricamente han sido menores. En estos dos continentes, la proporción entre el número de muertes y los casos detectados es mayor. ¿Por qué? Porque “la detección temprana es ínfima —explica una médica en África—. La mayoría de las pacientes vienen cuando están ya en una fase avanzada”.

El riesgo aumenta con la edad. En Estados Unidos, un 80% de los casos se da en mujeres mayores de 50 años. La buena noticia es que este es uno de los cánceres más tratables. El 97% de las mujeres con cáncer de mama localizado y en fase inicial sigue con vida cinco años después del diagnóstico. Carmen acaba de pasar esa marca.

El abecé del cáncer de mama

El cáncer de mama suele aparecer en la forma de un bulto extraño, como en el caso de Carmen. Por fortuna, cerca del 80% de estos abultamientos son benignos, es decir, permanecen confinados a su lugar de origen. Muchos son solo sacos llenos de líquido llamados quistes.

El cáncer de mama comienza con una célula “renegada” que se divide de forma incontrolada, dando lugar con el tiempo a un tumor. Este se torna maligno, o canceroso, cuando sus células invaden otros tejidos. Algunos tumores crecen de forma rápida; otros pueden tardar hasta diez años en ser detectados.

Para diagnosticar el cáncer de Carmen, el médico extrajo con una fina aguja una muestra de tejido del tumor. Una vez confirmada la presencia de células cancerosas, la operaron para extirparle la masa tumoral junto con el tejido circundante y para determinar el estadio (tamaño, tipo y extensión) y grado de malignidad (ritmo de crecimiento) del tumor.

Muchas pacientes siguen tratamientos posquirúrgicos para evitar la reaparición o diseminación de la enfermedad. Las células cancerosas pueden separarse del tumor, viajar por las vías sanguíneas o linfáticas y multiplicarse en otros puntos. La propagación del cáncer (metástasis) a órganos y tejidos vitales —cerebro, hígado, médula ósea o pulmones— es lo que lo convierte en una enfermedad mortal.

Carmen recibió radioterapia y quimioterapia para destruir las células cancerosas que pudieran haber quedado alrededor del foco inicial o en otras partes del cuerpo. Puesto que su cáncer se nutría de estrógeno, también recibió tratamiento antihormonal para evitar la aparición de nuevos cánceres.

Los adelantos terapéuticos brindan otras opciones según la edad, estado de salud, antecedentes y tipo de cáncer de la paciente. En el caso de Arlette, por ejemplo, las pruebas detectaron el cáncer antes de que se extendiera más allá del conducto lácteo. Gracias a una tumorectomía, no perdió el seno. A Alice le aplicaron quimioterapia para reducir el tamaño del tumor antes de operarla. A Janice le extrajeron el tumor y un solo ganglio: el ganglio centinela, que es el primero que recibe el drenaje del tumor. Como este no contenía células cancerosas, el cirujano dejó intactos los demás ganglios, con lo que se redujo el riesgo de linfedema (molesta hinchazón del brazo ocasionado por la extirpación de muchos ganglios linfáticos).

Aunque hoy se sabe mucho sobre el crecimiento del cáncer mamario, todavía queda una pregunta básica en el aire: ¿Por qué y cómo se produce?

¿Qué lo causa?

Las causas del cáncer de mama siguen siendo un enigma. En opinión de los críticos, se realizan más investigaciones de los métodos diagnósticos y terapéuticos —los cuales son muy rentables— que de las causas y la prevención. Con todo, los científicos han descubierto pistas importantes. Algunos lo atribuyen a un proceso complejo de múltiples pasos en el que un gen defectuoso hace que las células se porten mal: que se dividan frenéticamente, invadan tejidos, evadan la acción de las células inmunitarias y lancen ataques sigilosos contra órganos vitales.

¿De dónde salen estos genes rebeldes? Entre el 5 y el 10% de las mujeres diagnosticadas ya nacen con genes que las hacen propensas a padecer cáncer de mama. Pero parece que en muchos otros casos, los genes sanos son dañados por la acción de agentes externos, y las radiaciones y ciertos compuestos químicos son los principales sospechosos. Los estudios futuros confirmarán o no esta relación.

Otro factor es el estrógeno, que aparentemente estimula ciertos cánceres de mama. De ahí que el riesgo aumente si la mujer inició su menstruación a una edad precoz o tuvo una menopausia a edad avanzada, si no hubo embarazos o el primero fue a una edad tardía, o si recibió hormonoterapia restitutiva. Debido a que las células grasas producen estrógeno, la obesidad puede aumentar el riesgo en las mujeres posmenopáusicas, cuyos ovarios han dejado de producir hormonas. Otros factores de riesgo son los niveles altos de insulina y los niveles bajos de melatonina (la hormona del sueño), una afección común en trabajadores nocturnos.

¿Hay en perspectiva tratamientos más eficaces y menos traumáticos? Los investigadores están desarrollando terapias en las que interviene el propio sistema inmunitario del cuerpo, así como fármacos para interferir en las rutas moleculares implicadas en el desarrollo del cáncer. Entre tanto, la evolución de las técnicas de imagen debería ayudar a los médicos a aplicar la radiación con más precisión y efectividad.

Los científicos también luchan en otros frentes, como son: desentrañar el misterio de la metástasis, engañar a las células cancerosas resistentes a la quimioterapia, trastornar las señales estimuladoras del crecimiento celular y crear tratamientos específicos para cada tumor.

Sin embargo, en el mundo de hoy las enfermedades no serán eliminadas y los seres humanos seguirán muriendo (Romanos 5:12). Solo el Creador puede cambiar esta triste realidad. ¿Lo hará? La Biblia contesta que sí. Vendrá el tiempo en que “ningún residente dirá: ‘Estoy enfermo’” (Isaías 33:24). ¡Qué alivio será ver el cumplimiento de esta promesa!



SIGNOS DE ALARMA

  Aunque el diagnóstico temprano es crucial, algunos estudios advierten que los exámenes y mamografías tal vez sean menos precisos en las mujeres más jóvenes, lo que acarrea tratamientos y ansiedad innecesarios. Aun así, los especialistas recomiendan encarecidamente a las mujeres estar muy al tanto de cualquier cambio en las mamas y los ganglios linfáticos. He aquí algunos signos de alarma:

● Un bulto o engrosamiento en cualquier sitio de la axila o la mama
● Secreción de líquido por el pezón que no sea leche
● Cambio en el color o textura de la piel
● Hundimiento o dolor anormal del pezón

SI LE DIAGNOSTICAN CÁNCER DE MAMA

● Mentalícese para pasar un año en tratamiento y recuperación.
● Si le es posible, elija médicos competentes que respeten sus necesidades y creencias.
● Decida junto con su familia a quiénes se lo dirá y en qué momento; así, sus amigos tendrán la oportunidad de demostrarle su amor y de orar con usted y por usted (1 Juan 3:18).
● Mitigue la angustia leyendo la Biblia, orando y meditando en asuntos edificantes (Romanos 15:4; Filipenses 4:6, 7).
● Hable con otras mujeres que hayan tenido cáncer de mama y puedan animarla (2 Corintios 1:7).
● Céntrese en lo que pasará hoy, no en lo que pasará mañana. Jesús dijo: “Nunca se inquieten acerca del día siguiente, porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes” (Mateo 6:34).
● Utilice bien sus energías. Recuerde que necesita suficiente descanso.

CÓMO HABLAR CON EL MÉDICO
● Aprenda los términos médicos básicos relacionados con el cáncer de mama.
● Antes de ir a la consulta, haga una lista de las preguntas que quiere hacer y pídale a su esposo u otra persona que la acompañe para que le ayude a tomar notas.
● Si el médico le dice algo que no entiende, pídale que se lo explique.
● Pregúntele cuántos casos como el suyo ha tratado.
● De ser posible, obtenga una segunda opinión.
● Si los médicos no coinciden, evalúe la experiencia de cada uno. Pídales que consulten entre sí.

CÓMO ALIVIAR LOS EFECTOS SECUNDARIOS

  Los efectos secundarios de algunos tratamientos contra el cáncer son: náuseas, pérdida del cabello, cansancio crónico, dolor, entumecimiento u hormigueo en las extremidades y reacciones en la piel. Las siguientes recomendaciones sencillas pueden aliviarlos:

● Coma bien para fortalecer el sistema inmunológico.
● Lleve un diario de los niveles de energía y de su reacción a los alimentos.
● Pruebe a disminuir las náuseas y el dolor con medicamentos, acupuntura o masajes.
● Haga ejercicios con moderación para aumentar la resistencia, controlar el peso y mejorar el sistema inmunológico.
● Tome descansos frecuentes, pero recuerde que pasar largos períodos en cama puede aumentar la fatiga.
● Mantenga la piel hidratada. Lleve ropa holgada. Báñese con agua tibia.

Consulte con el médico antes de empezar cualquier programa de ejercicios.

SI UN SER QUERIDO TIENE CÁNCER

  ¿Cómo puede usted apoyar a un ser querido con cáncer? Aplicando el principio bíblico: “Regocíjense con los que se regocijan; lloren con los que lloran” (Romanos 12:15). Manifiéstele su amor e interés mediante llamadas telefónicas, cartas, tarjetas, correos electrónicos y visitas breves. Oren juntos y lean pasajes alentadores de la Biblia. “No hable de los que han muerto de cáncer, sino de los que han sobrevivido”, recomienda Beryl. “Solo vaya y dele un abrazo a su amiga —aconseja Janice, quien tuvo que luchar con el cáncer—. Si ella quiere hablar del tema, lo hará.” Sobre todo, los esposos deben confirmarles su amor a sus esposas.
  “Nosotros teníamos un día sin cáncer —recuerda Geoff—. Mi esposa se había hecho el propósito de que su salud no acaparara toda nuestra atención. Así que decidimos pasar un día cada cierto tiempo sin mencionar para nada el cáncer y centrarnos, más bien, en los aspectos positivos de nuestra vida. Era como tomarnos unas vacaciones de la enfermedad.”

Reflexiones
Al oír el diagnóstico
Sharon: Mi vida cambió en un instante. “Todo ha acabado para mí”, pensé.
En los momentos más difíciles
Sandra: La angustia es peor que el tratamiento.
Margaret: Después del segundo tratamiento piensas: “No quiero seguir”. Pero lo haces.
Sobre los amigos
Arlette: Se lo dijimos a nuestros amigos para que oraran por nosotros.
Jenny: Ninguna sonrisa, gesto o saludo me pasó desapercibido.
Sobre los esposos solidarios
Barbara: Me rapé la cabeza antes de que se me cayera el pelo. “¡Qué bonita cabeza tienes!”, exclamó Colin, y me hizo reír.
Sandra: Nos miramos al espejo juntos. Vi la mirada de amor de Joe, y supe que todo iba a estar bien.
Sasha: Karl le decía a la gente: “Tenemos cáncer”.
Jenny: El amor de Geoff no tenía fin, y su espiritualidad inquebrantable me tranquilizaba.


Las células cancerosas desobedecen las señales normales de crecimiento, multiplicándose e invadiendo otros tejidos



Una parte fundamental del tratamiento del cáncer es el apoyo afectuoso que familiares y amigos dan a la paciente

¿Cómo combatir la migraña?

¿Cómo combatir la migraña?

Joyce, una dinámica oficinista, mira detenidamente un documento. De repente, partes de la página parecen quedar en blanco. Luego bailan ante sus ojos puntos de luz centelleante, que acaban por convertirse en un despliegue surrealista de líneas en zigzag y extraños dibujos geométricos. Pocos minutos después, Joyce apenas puede ver. Al darse cuenta de lo que ocurre, toma enseguida una pequeña cápsula para este tipo de emergencias.
JOYCE padece migraña, un trastorno que difiere en varios aspectos del dolor de cabeza ocasional. Por ejemplo, al contrario que este, la migraña sigue un patrón recurrente. Además, el dolor es tan intenso que obliga al paciente a suspender sus actividades normales.
¿Cuáles son sus síntomas? El dolor es pulsátil y suele afectar solo a un lado de la cabeza. También es probable que el paciente tenga náuseas y no soporte la luz intensa. El ataque puede durar desde varias horas hasta varios días.
Aunque casi todos sufrimos dolores de cabeza tensionales alguna que otra vez, solo 1 de cada 10 personas —con más frecuencia mujeres— padece migraña. Algunos casos son más graves que otros, pero la mayoría de los afectados faltan varios días al trabajo cada año. Se trata de un padecimiento que provoca pérdida de ingresos y puede influir muy negativamente en la vida familiar y social. Por ello, la Organización Mundial de la Salud lo sitúa entre las veinte causas principales de incapacidad.
Poco antes de un ataque de migraña, algunas personas experimentan síntomas como manos frías, fatiga, hambre o cambios de humor. Entonces, justo antes de que comience el dolor, puede haber mareos, zumbido en los oídos, sensación de hormigueo, visión doble, dificultad para hablar o debilidad muscular.
Las causas de la migraña no se conocen del todo, pero se cree que es un trastorno del sistema nervioso que afecta a los vasos sanguíneos de la cabeza. La naturaleza pulsátil del dolor parece corresponder al paso de la sangre por los vasos sanguíneos irritados. La revista Emergency Medicine menciona: “Los pacientes de migraña heredan un sistema nervioso extremadamente sensible, que puede verse alterado por muy diversas causas, como falta de sueño, olores fuertes, viajes, saltarse comidas, estrés y cambios en los niveles hormonales”. Quienes sufren migrañas también suelen ser propensos a padecer síndrome de colon irritable, ataques de ansiedad y depresión.
¿Cómo puede aliviarla?
Uno no puede cambiar el sistema nervioso que ha heredado, pero sí evitar que se desencadenen los ataques de migraña. Algunas personas llevan un diario, y eso les permite determinar qué alimentos o circunstancias les provocan ataques.
Cada caso es diferente. Lorraine notó que los ataques de migraña guardaban relación con su ciclo menstrual. Ella explica: “Aproximadamente a mitad del ciclo, las actividades o estímulos excesivos —trabajo, calor o frío, ruidos fuertes e incluso comida muy condimentada— pueden provocarme un ataque de migraña. Así que en esos días procuro estar tranquila y moderar mis actividades”. Joyce, que ha padecido ataques de migraña durante más de sesenta años, asegura: “He descubierto que la naranja, la piña y el vino tinto me provocan un ataque inmediato, de modo que los evito”.
Detectar los factores desencadenantes no es fácil, pues por lo general un ataque se debe a la combinación de varios factores. Por ejemplo, es posible que en un momento dado usted coma chocolate y no le pase nada, pero que en otro, en combinación con algún factor más, comerlo le produzca un ataque.
Aunque uno no sea capaz de identificar o evitar las cosas que le provocan migraña, hay otras maneras de reducir la posibilidad de que sobrevenga un episodio. Los expertos recomiendan mantener un patrón de sueño regular los siete días de la semana. Si se quiere dormir más los fines de semana, es preferible levantarse a la hora de siempre, hacer algo durante unos minutos y entonces volver a la cama. Un cambio en el consumo de cafeína puede desencadenar un ataque, así que trate de no tomar más de dos tazas de café o dos latas de cola al día. Como el hambre también puede provocarlo, procure no saltarse ninguna comida. El estrés, un factor habitual en la migraña, no es fácil de evitar, pero uno puede buscar maneras de relajarse, tal vez teniendo un horario menos apretado, leyendo la Biblia o escuchando música suave.
¿Qué tratamientos hay?
Existe una amplia variedad de opciones para tratar la migraña. Dormir, por ejemplo, es uno de los mejores remedios. Y los analgésicos sin receta pueden aliviar al paciente lo suficiente para que duerma.
En 1993 empezaron a comercializarse los triptanos, un nuevo tipo de fármacos con receta para el tratamiento específico de la migraña. La revista The Medical Journal of Australia los considera “un importante avance en su tratamiento”, y añade: “La aparición de los triptanos [...] fue para la migraña y el dolor de cabeza en racimo casi lo mismo que la penicilina para las infecciones bacterianas”.
La migraña no es una enfermedad mortal, así que los triptanos, a diferencia de los medicamentos empleados para tratar las infecciones, no salvan vidas. Sin embargo, han proporcionado un alivio enorme a quienes durante años se habían visto incapacitados por migrañas frecuentes. Aunque los pacientes todavía tienen que modificar sus actividades como ya se mencionó, algunos piensan que los triptanos son verdaderamente milagrosos.
Ahora bien, todas las medicinas tienen ventajas e inconvenientes. ¿Qué problemas hay con los triptanos? En primer lugar, una sola pastilla puede costar lo mismo que una comida en un buen restaurante, así que suelen recetarse únicamente a quienes padecen migraña de moderada a grave. Además, los triptanos no le sirven a todo el mundo, y algunas personas tienen problemas de salud que desaconsejan probarlos siquiera. Aun así, si bien no se ha encontrado una cura para este trastorno hereditario, la revista Emergency Medicine llega a la siguiente conclusión: “Gracias a los nuevos y mejores medicamentos para la migraña, no hay razón para que los pacientes sigan sufriendo”.

viernes, 23 de marzo de 2012

Qué es el asma



Qué es el asma
EL ASMA es un mal que se encuentra extendido por todo el mundo. Se calcula que aquí, en Nueva Zelanda, lo padecen una de cada diez personas, prescindiendo de que sean jóvenes o viejos, que vivan en la ciudad o en el campo y que efectúen trabajo físico o de oficina.
Sin embargo, no se sabe mucho sobre el asma, sobre todo los que no la padecen. Muchas veces ni siquiera los propios asmáticos saben lo que les sucede, y esto puede crear una ansiedad que lo único que hace es agravar su estado. Quizás los siguientes comentarios, basados en experiencias e investigaciones procedentes de Nueva Zelanda, ayudarán a reducir un poco esa falta de conocimiento.

¿Qué es el asma?
Durante un ataque típico de asma, la persona siente una sensación de opresión en el pecho. Entre sibilancias (silbidos pulmonares de tonalidad aguda) y arranques de tos, lucha por respirar. Es una experiencia espantosa. Un ataque de asma puede ser grave o bastante liviano. La frecuencia de los ataques varía y también los síntomas, que en algunos casos están siempre presentes, aunque con diferentes grados de intensidad.
¿Qué es lo que provoca estas sensaciones tan desagradables? Como quizás ya sepa, el aire entra en los pulmones a través de los bronquios y bronquiolos. En el caso de muchos asmáticos, ciertas reacciones alérgicas sensibilizan extremadamente estos conductos. Puede que los músculos de las paredes bronquiales y bronquiolares se contraigan, la mucosa que reviste los conductos se hinche y las glándulas que se encuentran en sus paredes produzcan un exceso de moco. El resultado es un estrechamiento de estos conductos, lo que hace que, lógicamente el asmático tenga dificultades para respirar.

Causas del asma
¿Qué provoca un ataque de asma? Puede ser una infección, un estado de tensión emocional o una grave reacción alérgica. Sin embargo, una vez que se manifiesta un ataque de asma, puede haber varios antígenos o sustancias específicas que produzcan una sensibilidad extrema en los bronquios. Y una vez que los bronquios se sensibilizan a estas, es posible que otros factores —como los cambios de temperatura, o de humedad, la tensión emocional o el ejercicio— también provoquen ataques de asma.
Aunque los médicos pueden identificar algunos de los antígenos que producen un ataque de asma, no suele ser posible encontrarlos todos, y aun cuando se localizan, no siempre es posible evitarlos. La minuciosa investigación para detectar las causas del asma y la mejor manera de tratarla quizás tome tiempo e implique mucha paciencia por parte del paciente y del médico, pero el tiempo que se le dedique probablemente permitirá que después se controle mejor la sintomatología.

Cómo evitar ataques
Hay muchas cosas que irritan los pulmones y que pueden provocar un ataque de asma al enfermo. Trate de evitar el contacto con las siguientes sustancias.
Humo del tabaco: No fume y evite las habitaciones cargadas de humo. Los médicos en seguida dejan de compadecerse de los asmáticos que insisten en fumar. Los amigos de los asmáticos tampoco deberían fumar en su presencia, pues, aunque el enfermo no sufra un ataque de asma inmediatamente, horas después puede encontrarse en terribles apuros debido a los efectos del humo.
Polvo: Trate de evitar zonas cerradas y con polvo, así como actividades que levanten polvareda. Si su trabajo le pone en contacto con mucho polvo, piense seriamente en cambiar de empleo. Algunos asmáticos observan que solo tienen los síntomas por la noche o en el dormitorio. ¿Podría deberse al polvo doméstico o a esos minúsculos ácaros que se encuentran en él? En muchos casos esa es la causa, por consiguiente, el dormitorio de un asmático debería tener el menos polvo posible. A continuación se mencionan algunas sugerencias respecto al cuidado de la casa que están especialmente destinadas a ayudar a los asmáticos.

Limpie el dormitorio todos los días.

Cada semana limpie a fondo y pase la aspiradora por el colchón, el somier, las mantas y el suelo. Los suelos de madera dura son mejores que las alfombras o moquetas y las persianas venecianas que las cortinas.
Con un paño humedecido en agua o aceite, limpie el polvo de los muebles, la parte superior de las puertas, los marcos y los alféizares de las ventanas.
El dormitorio debe ventilarse bien y a continuación cerrar las puertas y ventanas por lo menos tres o cuatro horas antes de que la persona se acueste.
El colchón, las mantas y las almohadas no deben estar hechos de materiales alergenos y deben airearse con regularidad, a ser posible al sol.
Una cosa más. No permita animales en el dormitorio. Y si hay el más mínimo indicio de que usted es alérgico a su animal de compañía, búsquele otro hogar, o, por lo menos, manténgalo siempre fuera de la casa.
Temperatura y humedad: Cambios repentinos de temperatura y demasiado calor o demasiado frío pueden provocar un ataque de asma. Lo ideal es que el ambiente esté un poco húmedo y a una temperatura ligeramente caliente. Por lo tanto, si usted padece de asma, salga a la calle lo menos posible cuando haga mucho frío o el día esté brumoso. Evite la calefacción central muy fuerte y que reseque el ambiente. Si los cambios de temperatura le provocan ataques durante la noche, procure tener durante los meses de invierno un termostato que regule la calefacción del dormitorio. Si la humedad le hace sentir los síntomas del asma, trate de utilizar un aparato que controle el nivel de humedad.
Tensión emocional y fatiga: Cualquiera de estos dos factores pueden provocar un ataque de asma. Es cierto que no siempre podemos controlar la tensión emocional, pero muchos asmáticos han comprobado que los principios bíblicos les ayudan en este campo. La Biblia nos dice: “Un corazón tranquilo es vida del cuerpo”. (Proverbios 14:30, Serafín de Ausejo.) También es sensato que los asmáticos traten de tener en cuenta sus limitaciones físicas y eviten la fatiga, pues este es otro de los factores que pueden desencadenar un ataque.
Alimento: Las alergias a ciertos alimentos pueden provocar ataques de asma, sobre todo en los niños o adultos que empezaron a tenerlos durante su infancia. Incluso se puede sospechar de alimentos tan comunes como la leche, los huevos y los cereales. Sin embargo, para determinar cuál de todos los alimentos es el culpable, posiblemente se requiera una gran labor detectivesca, en especial si se trata de una sustancia que se utiliza en una amplia variedad de comidas, como por ejemplo el azúcar. Por supuesto, cabe la posibilidad de que el asmático sea alérgico a más de un alimento. Sería prudente que los pacientes adultos considerasen las bebidas alcohólicas, especialmente la cerveza y el vino, como posibles agravantes de su estado.
Ejercicio: A veces un esfuerzo excesivo es el causante de un ataque de asma, que suele producirse una vez terminado el ejercicio. Si eso es lo que a usted le sucede, evite los ejercicios que requieren derroches repentinos de energía —como el squash— y pruebe un tipo de ejercicio más gradual, como la natación o el ciclismo. El utilizar un broncodilatador (medicamento que alivia la congestión bronquial) antes de cualquier actividad vigorosa, puede servirle de ayuda. Un fisioterapeuta quizás le ayude también con un programa que incremente su tolerancia al ejercicio. Esto le permitirá participar en más actividades sin fatigarse.
Infección: Infecciones respiratorias de poca importancia, como un resfriado o una gripe, a menudo provocan ataques de asma o empeoran la sintomatología, y cuando hay presente una infección, no siempre es efectiva la medicación que se toma normalmente para aliviar el asma.
Cómo vivir con el polen: Aunque los meses invernales causan muchos problemas a los que tienen enfermedades respiratorias, hay muchos asmáticos que padecen asma del heno. Partículas microscópicas de polen que flotan en el aire durante el verano les causan mucho sufrimiento y grandes molestias. Aunque es imposible erradicar las fuentes de este polen, el sentido común dicta algunas medidas que pueden ayudar. Por ejemplo, trate de evitar el césped recién cortado, así como el campo y los espacios naturales durante la temporada del polen, y, si es posible, utilice un buen sistema de aire acondicionado.
Cómo vivir con los mohos: Miles de mohos u hongos habitan en el medio ambiente que nos rodea. Las esporas (corpúsculos reproductores) de los mohos y demás hongos medran sobre la materia vegetal o animal. También abundan sobre el trigo, la avena, el maíz, la hierba y las hojas. Aunque solo se ha comprobado que una pequeña cantidad de mohos causan problemas a los asmáticos, un estudio llevado a cabo en Nueva Zelanda indicó que las esporas pueden constituir un importante factor alergeno. Por consiguiente, aunque es imposible erradicar las esporas transportadas por el aire, las siguientes medidas pueden ser de utilidad:

Evite los sótanos y edificios húmedos y mohosos.
No rastrille ni queme hojas ni hierba seca.
Desinfecte o destruya cualquier artículo mohoso.
No tenga plantas dentro de casa ni amontone en el jardín hojas u otros desechos orgánicos para que se conviertan en abono.
Desinfecte las zonas de la casa que tengan moho.

¿Tiene un hijo asmático?
Si su hijo es asmático, necesitará su apoyo. Tanto ustedes los padres como los maestros tendrán que entender su problema y ayudarle a sobrellevarlo. No hay que empujar al niño para que haga más de lo que puede, pero tampoco debería permitírsele que se escude en su asma y evite hacer cosas que le beneficiarían.
Es preferible que sus actividades físicas no envuelvan un espíritu de competencia, aunque muchos niños asmáticos pueden jugar a casi todos los juegos cuando no tienen los síntomas. No obstante, el niño que padezca asma crónica probablemente solo sea capaz de participar en una actividad limitada y los adultos deben ejercer cuidado para no empujarle a esforzarse demasiado. El uso inteligente de la medicación quizás le ayude a disfrutar de actividades regulares, como la educación física, y el instructor debería saber cuándo y cómo utilizar un aerosol broncodilatador.
Algunos niños asmáticos están tan graves que constantemente tienen dificultades para respirar y muchas veces se les oyen sibilancias. Esos niños suelen manifestar ansiedad y tensión, y sus padres y maestros se preocupan mucho por ellos. Tienen que faltar bastante a la escuela y es posible que no puedan participar en los juegos.
Los padres de tales niños corren el riesgo de irse al extremo de protegerlos demasiado. Por otra parte, si el niño procede de una casa donde siempre hay tensión y se discute, tal vez le falte el apoyo, el amor, la comprensión y el ánimo que tan desesperadamente necesita. Sin embargo, si los padres abordan el problema de su hijo de una manera sana y optimista, le ayudarán a reducir su ansiedad y la gravedad del asma.

Qué hacer cuando alguien sufre un ataque de asma
Llévelo a un lugar tranquilo y cálmelo. Puede quedarse de pie o sentarse inclinado hacia adelante —esta última suele ser la posición más cómoda durante un ataque de asma—, y debería usar de inmediato su broncodilatador. (Los broncodilatadores quizás actúen más deprisa, y por lo tanto sean más efectivos, si están en forma de inhalador que si se toman por vía oral.) En caso de un ataque grave —sobre todo si el asmático no puede hablar adecuadamente— se le debe llevar a un médico lo antes posible. Una advertencia: como los jadeos y resuellos hacen que la persona pierda mucha humedad durante un ataque, procure darle de beber bastantes líquidos.

Tratamiento
La fisioterapia ocupa un lugar importante a la hora de ayudar al asmático, en especial en lo relacionado con enseñarle a respirar debidamente (utilizando el diafragma) y a mitigar la falta de aliento. El terapeuta también le enseña a relajarse, a adoptar una buena postura y a hacer algunos ejercicios que ayudan a mantener el asma bajo control. Los tratamientos varían y, por lo general, un médico es la persona más cualificada para sugerir el mejor tratamiento en cada caso particular.
Se pueden utilizar fármacos —como la cromolina sódica y los esteroides—, así como varios tipos de broncodilatadores. Por supuesto, cabe la posibilidad de que los medicamentos produzcan efectos secundarios, en cuyo caso el médico podría recomendar otros tratamientos.
El asma es una afección compleja, y así tienen que entenderlo los parientes y amigos si quieren ayudar. Evite decir cosas como: “Deja de pensar en ello” o “Te veo con un aspecto bastante bueno”. Los asmáticos que aprenden a entender su enfermedad pueden derivar consuelo de saber que incluso antes de que la humanidad sea curada de todas sus dolencias en el nuevo mundo de Dios, pueden estar mejor preparados para afrontar los ataques de asma, evitar las cosas que los provocan y reducir en gran manera su tensión, ansiedad y molestias. (Isaías 33:22, 24.)—Contribuido por un asmático.

¿Qué fue de los dinosaurios?



¿Qué fue de los dinosaurios?

“LA PALEONTOLOGÍA es la ciencia que trata el estudio de los fósiles, y los fósiles son restos de origen orgánico.” Sin embargo, como dijo un paleontólogo, es “una ciencia muy especulativa y subjetiva”. Esta afirmación es cierta en el caso de los dinosaurios. G. L. Jepson, un científico de Princeton (E.U.A.), dijo lo siguiente respecto a una serie de especulaciones que se han hecho tocante a lo que les sucedió a los dinosaurios:
“Varios autores han sugerido la posibilidad de que los dinosaurios desaparecieran porque el clima empeoró [...] o porque empeoró la dieta. [...] Otros escritores han responsabilizado de ello a enfermedades, parásitos, [...] cambios en la presión o composición de la atmósfera, gases venenosos, ceniza volcánica, oxígeno excesivo procedente de las plantas, meteoritos, cometas, reducción del depósito común de genes provocada por mamíferos devoradores de huevos, [...] radiación cósmica, desviación de los polos con respecto al eje de rotación de la Tierra, inundaciones, deriva continental, [...] desecación de ciénagas y lagos, manchas solares.” (The Riddle of the Dinosaur [El enigma del dinosaurio].)
De tales especulaciones se desprende que los científicos no pueden responder a ciencia cierta la pregunta: ¿Qué fue de los dinosaurios?

La teoría de la extinción súbita
Una teoría más reciente es la que planteó un equipo formado por padre e hijo: Luis y Walter Álvarez. Walter Álvarez descubrió en una formación rocosa fuera de Gubbio, ciudad del centro de Italia, una curiosa y delgada capa de arcilla rojiza intercalada entre dos capas de piedra caliza. Debido a que la capa inferior de piedra caliza contenía abundantes fósiles y la superior casi ninguno, los geólogos concluyeron que la vida desapareció de súbito y que la delgada capa rojiza de arcilla tenía cierta conexión con la extinción.
Los análisis revelaron que la arcilla contenía mucho iridio (un metal), una concentración treinta veces mayor a la que se encuentra en las rocas normalmente. Ellos sabían que concentraciones tan elevadas de este elemento poco común solo podían provenir del centro de la Tierra o de alguna fuente exterior a la Tierra. Llegaron a la conclusión de que el iridio fue depositado por un enorme asteroide que chocó con la Tierra, y provocó la súbita extinción de los dinosaurios.
Después del descubrimiento de la arcilla enriquecida con iridio en las inmediaciones de Gubbio, se encontraron depósitos similares en otras partes del mundo. ¿Corroboraban estos hallazgos la hipótesis del asteroide? Algunos científicos están escépticos al respecto, pero, como reconoce el libro The Riddle of the Dinosaur, la hipótesis de Álvarez dio empuje “al estudio de la extinción y la evolución”. El paleontólogo Stephen Jay Gould admite que eso podría hacer disminuir “la importancia de la rivalidad entre las especies”.
Al comentar respecto a esta nueva teoría y la extinción aparentemente súbita de los dinosaurios, un escritor sobre temas científicos admite: “Podrían sacudir los fundamentos de la biología evolutiva y poner en duda el actual concepto de la selección natural”.
David Jablonski, científico de la universidad de Arizona (E.U.A.), deduce que ‘para muchas plantas y animales la extinción fue repentina y en cierto modo especial. Las extinciones en masa no son tan solo los efectos acumulados de muertes graduales. Algo raro sucedió’. Ese es también el caso de los dinosaurios. Su aparición y desaparición relativamente súbitas contradice el punto de vista por lo general aceptado de que hubo un proceso lento de evolución.

La datación de los dinosaurios
Los huesos de dinosaurios casi siempre se encuentran en capas de tierra inferiores a las que contienen huesos humanos, lo que hace que muchos lleguen a la conclusión de que pertenecen a un período de tiempo anterior. Los geólogos dan a esta época el nombre de era mesozoica y la subdividen en tres períodos: cretáceo, jurásico y triásico. Se afirma que la duración de estos períodos es del orden de decenas de millones de años. No obstante, ¿hay algún fundamento sólido en el que apoyar esta afirmación?
Un método que se utiliza para datar la antigüedad de los fósiles es el denominado método de datación del radiocarbono. Este sistema de datación mide la proporción de desintegración del carbono radiactivo (carbono 14) desde el momento de la muerte del organismo. “Una vez que un organismo muere, ya no absorbe más anhídrido carbónico del ambiente que le rodea, y con el tiempo la proporción del isótopo [carbono 14] va disminuyendo a medida que sufre desintegración radiactiva”, dice Science and Technology Illustrated.
Sin embargo, este método presenta serios problemas. En primer lugar, cuando se considera que un fósil tiene 50.000 años de antigüedad, su nivel de radiactividad ha bajado tanto que resulta muy difícil detectarlo. En segundo lugar, incluso en especímenes más recientes, este nivel ha bajado tanto que sigue siendo dificilísimo medirlo con exactitud. En tercer lugar, los científicos pueden medir el nivel actual de formación de carbono radiactivo, pero no tienen manera de medir las concentraciones del carbono 14 que había en el pasado remoto.
De modo que tanto si se utiliza el método de radiocarbono para datar los fósiles, como si se utilizan otros métodos —como el del potasio radiactivo, el uranio o el torio— para datar las rocas, los científicos no pueden establecer después de tantísimos siglos cuáles eran los niveles originales de tales elementos. Melvin A. Cook, profesor de Metalurgia, hace el siguiente comentario al respecto: “Estas concentraciones [de materias radiactivas] solo pueden suponerse, de modo que las edades obtenidas así no pueden ser mejores que esta suposición”. Esto es especialmente cierto si tenemos en cuenta que el diluvio del día de Noé ocurrido hace más de cuatro mil trescientos años produjo enormes cambios en la atmósfera y en la superficie terrestre.
Charles Officer y Charles Drake, geólogos de la universidad de Dartmouth (Canadá), hacen surgir aún más dudas respecto a la exactitud del método de datación radiactivo. Ellos dicen: “Deducimos que el iridio y otros elementos encontrados con él no fueron depositados de manera instantánea [...], sino que más bien hubo un influjo intenso y variable de estos componentes durante un intervalo de tiempo geológico relativamente breve del orden de 10.000 a 100.000 años”. Ellos razonan que la ruptura y desplazamiento de los continentes trastornó el entero globo terráqueo, causando erupciones volcánicas, bloqueando la luz del Sol y ensuciando la atmósfera. Lo cierto es que tales sucesos desbaratadores pudieron cambiar los niveles de radiactividad, lo que tergiversaría los resultados obtenidos mediante los relojes radiactivos de nuestros días.

El relato de Génesis y los dinosaurios
Aunque el método de datación radiactivo es innovador, todavía se basa en la especulación y la suposición. En contraste, el relato de la Biblia registrado en el primer capítulo del libro de Génesis sencillamente menciona el orden general en que tuvo lugar la creación, lo que permite la posibilidad de que transcurriesen miles de millones de años para la formación de la Tierra y muchos milenios (distribuidos en seis períodos creativos o “días”) para su preparación con vistas a ser habitada por el hombre.
Es posible que algunos dinosaurios (y pterosaurios) hayan sido creados en el quinto período mencionado en Génesis, cuando la Biblia dice que Dios hizo “criaturas voladoras” y “grandes monstruos marinos”, y otros, en el sexto período. Si se tiene en cuenta la abundancia de vegetación que sin duda existía en el tiempo de los dinosaurios, habría sido muy apropiada la presencia de un número tan elevado de animales con un apetito voraz. (Génesis 1:20-24.)
Una vez que los dinosaurios habían cumplido su propósito, Dios puso fin a su existencia. No obstante, la Biblia guarda silencio en cuanto a cómo y cuándo lo hizo. De lo que sí podemos estar seguros es de que los dinosaurios fueron creados por Jehová con un propósito definido, aunque de momento no comprendamos cuál fue ese propósito. No vinieron por error, ni fueron producto de la evolución. Su súbita aparición en el registro fósil sin ninguna conexión con algún antecesor fósil y su desaparición sin dejar fósiles de transición, son pruebas en contra de la opinión de que tales animales evolucionaron de forma gradual a lo largo de millones de años. Por consiguiente, el registro fósil no apoya la teoría de la evolución. Al contrario, armoniza con el punto de vista bíblico de que la vida animal fue creada por Dios.