martes, 28 de enero de 2020

Límite a la reelección con efecto retroactivo: Senadores de la región de O’Higgins no podrían volver a postular


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La Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del Senado aprobó el proyecto de reforma constitucional que pone límite a la reelección de senadores, diputados, alcaldes, concejales y consejeros regionales y que tendrá efecto retroactivo para quienes ya están en tales cargos. Los únicos a los que no se les aplicará esta disposición en los próximos comicios serán a quienes postulen a cargos municipales, puesto que el proceso eleccionario de ellos ya está en marcha.

Con ello, la iniciativa que cumple su segundo trámite constitucional, quedó en condiciones de ser remitida a la Sala para su pronunciamiento.

En lo fundamental la reforma señala que los senadores podrán estar un máximo de dos períodos consecutivos (una reelección), mientras que los diputados, consejeros regionales, alcaldes y concejales un máximo de tres períodos consecutivos (dos reelecciones).

De prosperar la idea, los dos senadores de la Región de O’Higgins se verían imposibilitados de repostular.

El UDI Alejandro García-Huidobro expresó enfáticamente su desacuerdo con la iniciativa respaldada transversalmente en comisión.

“Yo tengo una postura completamente distinta y lo manifesté en su momento, años atrás, cuando se vio por primera vez este tema y fui uno de los cuatro que votó en contra de la idea de legislar en eso”, explicó el congresista.

Junto con ello recalcó que “tengo una posición distinta a la que tienen algunas personas que en forma razonable pueden pensar así; yo creo que es el pueblo el que tiene que elegir y sacar, en el sentido de no ser reelecto. Eso depende de la gestión realizada. Pero sacar por secretaría a alcaldes, concejales, a parlamentarios, creo que no corresponde”.

García-Huidobro precisó que “hay pocos países que impiden la reelección, y uno de ellos fue México, que ahora echó marcha atrás en eso porque se dieron cuenta que era un error”.

Su par en O’Higgins, Juan Pablo Letelier (PS), no fijó una postura a favor o en contra de lo que determinó la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento. “Es una discusión que se está dando en el Congreso, tendremos que ver en qué termina, hay opiniones distintas. Hay que esperar el desarrollo del debate”, dijo el parlamentario socialista.
Letelier agregó que “voy a respetar la decisión que se tome, lo que sea o no, mi opinión no es relevante; lo relevante es la decisión colectiva que se tome”.

Añadió que “vamos a ver cómo evoluciona el debate, es un debate en desarrollo y yo me atendré a la decisión que se tome. No seré yo de los que va a participar activamente del debate, por ningún motivo".

El ADN. El libro de la vida


EN EL año 1953, dos biólogos moleculares, James Watson y Francis Crick, publicaron un histórico descubrimiento que cambió la comprensión científica de la vida e inició una nueva etapa en el campo de la biología. Descubrieron que el ADN tiene forma de doble hélice en espiral. * En la mayoría de las células, el ADN se encuentra en el núcleo. Contiene información codificada, como si fuera un libro; por lo que se puede decir que las células son una enorme biblioteca. ¿Para qué usan las células esa información? Y más importante aún, ¿de dónde salió ese código?

 LAS CÉLULAS NECESITAN INFORMACIÓN

Muchos nos hemos preguntado alguna vez cómo se convierte una semilla en un árbol, o cómo de un óvulo fecundado se desarrolla un bebé. También nos preguntamos por qué nos parecemos a nuestros padres. La respuesta a esas preguntas está muy relacionada con la información que contiene el ADN.

Molécula de ADN que parece una escalera de caracol con sus peldaños

Casi todas las células tienen ADN, moléculas muy complejas que se asemejan a una extensa escalera de caracol. En el caso del genoma humano —es decir, la totalidad de nuestro ADN—, esta “escalera” tiene unos tres mil millones de “peldaños” químicos. Los científicos llaman pares de bases a estos “peldaños” porque cada uno está compuesto por dos unidades químicas. En total, el ADN usa cuatro unidades químicas, que se identifican con la primera letra de su nombre: A, C, G y T. * Es como si el ADN utilizara un idioma que tiene un alfabeto de solo cuatro letras. En 1957, el doctor Crick propuso la teoría de que la secuencia, o el orden, de estos “peldaños” químicos es lo que determina las instrucciones del código. En la década de 1960 se empezó a descifrar este código.

Hay muchas maneras de almacenar y procesar información, ya sean imágenes, sonidos o palabras. Por ejemplo, las computadoras almacenan información digitalmente. En el caso de las células, lo hacen químicamente. En este proceso, el ADN es fundamental. Transmite esa información cuando las células se dividen y cuando se reproduce un organismo. Esto es lo que permite que la vida continúe.

 ¿Cómo usan las células esa información? Siguen las instrucciones del ADN, como si se tratara de un libro de recetas que detallan el proceso cuidadosamente y paso a paso. Pero en vez de que el resultado sea un pastel o una galleta, es una planta o un animal. Además, las células realizan este proceso de forma totalmente automática, lo que lo hace aún más complejo y sorprendente.

La célula de una bacteria contiene información que llenaría un libro de 1.000 páginas

La información genética permanece almacenada hasta que se necesita. Tal vez se utilice para sustituir células muertas o enfermas por otras sanas, o para transmitir características de padres a hijos. ¿Cuánta información contiene el ADN? Tomemos como ejemplo a uno de los organismos más diminutos: la bacteria. El científico alemán Bernd-Olaf Küppers declaró: “Para describir la formación de la célula de una bacteria en términos humanos, diría que el texto molecular llenaría un libro de mil páginas”. Con razón el químico David Deamer escribió: “Uno se queda maravillado al ver que hasta las formas más simples de vida son muy complejas”. ¿Y qué hay del ADN humano? “Podría llenar una biblioteca con miles y miles de libros”, dice Küppers.

“ESCRITO EN UN LENGUAJE QUE PODEMOS ENTENDER”

Según el doctor Küppers, el código del ADN usa un “lenguaje genético molecular” que, como todo idioma, “tiene su propia sintaxis”. Es decir, el ADN sigue sus propias “reglas gramaticales”. Estas reglas controlan estrictamente cómo se redactan y ejecutan las instrucciones del ADN.

Las instrucciones del ADN dirigen la producción de proteínas y otras sustancias que forman las células de las diferentes partes del cuerpo. Por ejemplo, pueden ser la “receta” para producir las células de los huesos, los músculos, los nervios o la piel. El evolucionista Matt Ridley escribió: “Cada filamento de ADN es información escrita en un código de sustancias químicas, una sustancia por letra. Y aunque parezca increíble, el código está escrito en un lenguaje que podemos entender”.

 El escritor bíblico David le dijo a Dios: “Tus ojos vieron hasta mi embrión, y en tu libro todas sus partes estaban escritas” (Salmo 139:16). Claro, David usó lenguaje poético. Pero lo que dijo era correcto, como sucede con los demás escritores de la Biblia. Y es que ninguno de ellos se dejó influenciar, ni siquiera un poco, por las creencias mitológicas de la gente de su época (2 Samuel 23:1, 2; 2 Timoteo 3:16).

Padres con su niña pequeña

¿Por qué los niños se parecen a sus padres?

¿DE DÓNDE SALIÓ EL CÓDIGO GENÉTICO?

Como muchas veces pasa, cuando los científicos logran aclarar un misterio, aparece otro. Esto es lo que pasó con el ADN. Cuando se entendió que contenía información codificada, surgió la pregunta: “¿De dónde salió ese código?”. Aunque ningún humano vio cómo se formó la primera molécula de ADN, podemos sacar nuestras propias conclusiones sin que sean simples especulaciones. Pensemos en el siguiente ejemplo.

  • En el año 1999, unos arqueólogos descubrieron en Pakistán fragmentos de vasija muy antiguos con símbolos extraños. Hasta el día de hoy no se ha podido descifrar qué significan. Lo que nadie duda es que fueron hechos por un ser humano.

¿A dónde queremos llegar con este ejemplo? La gente entiende que donde hay información, como en el caso de los símbolos en aquellos fragmentos de barro, hay inteligencia. Para llegar a esa conclusión no hay por qué estar presente cuando se crea la información. Sin embargo, cuando se descubrió el código más complejo, el código genético, muchas personas dejaron a un lado la lógica y concluyeron que el ADN surgió al azar. ¿Le parece una conclusión científica y razonable? Hay científicos muy respetados que responden que no. Entre ellos están los doctores Gene Hwang y Yan-Der Hsuuw. * Leamos sus comentarios.

El doctor Gene Hwang se dedica a estudiar la base matemática de la genética. En el pasado creía en la evolución, pero sus investigaciones lo llevaron a cambiar de parecer. “Estudiar la genética —comentó a ¡Despertad!— me ayuda a conocer los mecanismos de la vida, y esto me llena de admiración por la sabiduría del Creador.”

El doctor Yan-Der Hsuuw es el director de investigación embrionaria de la Universidad Nacional de Ciencia y Tecnología de Pingtung, en Taiwán. También creía en la evolución, hasta que su investigación lo llevó a otra conclusión. Hablando de la división y la diferenciación de las células, comentó: “La célula que se forma debe ser la que se necesita y debe producirse en el orden específico y en el lugar indicado. Primero se agrupan para formar tejidos, que luego formarán  órganos y extremidades. Ningún ingeniero sería capaz de escribir las instrucciones de un proceso tan complejo. Pero el desarrollo de un embrión está perfectamente detallado en el ADN. Cuando pienso en lo maravilloso que es este proceso, estoy seguro de que Dios diseñó y creó la vida”.

1. Doctor Gene Hwang; 2. Doctor Yan-Der Hsuuw

Gene Hwang (izquierda) y Yan-Der Hsuuw

¿ACASO IMPORTA?

¡Por supuesto! Si Dios es el Creador de la vida, entonces merece el reconocimiento (Revelación [Apocalipsis] 4:11). Además, nos habrá creado con algún propósito especial. ¡No podría decirse eso si fuéramos producto de la casualidad! *

A muchos nos interesa saber la verdad. Es como escribió el profesor de neurología y psiquiatría Viktor Frankl: “La búsqueda por parte del hombre del sentido de la vida constituye una fuerza primaria”. Dicho en otras palabras, tenemos una curiosidad espiritual que necesitamos satisfacer. Esta necesidad solo se explica si hemos sido creados por Dios. Entonces, si somos la obra de un Creador, ¿ha hecho él algo para que podamos satisfacer esa necesidad espiritual?

La respuesta la dio Jesucristo cuando dijo: “No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión que sale de la boca de Jehová [Dios]” (Mateo 4:4). La Palabra de Dios, la Biblia, ha alimentado espiritualmente a millones de personas, les ha ayudado a descubrir el propósito de la vida y les ha dado una esperanza para el futuro (1 Tesalonicenses 2:13). La Biblia puede hacer lo mismo por usted. Este es un libro único. ¿Por qué no le da una oportunidad?

domingo, 26 de enero de 2020

La evolución: ¿Descarta el relato bíblico de la creación la posibilidad de que el universo empezara con el Big Bang, o la Gran Explosión?


La Biblia dice: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). Pero no da detalles de cómo creó Dios todas las cosas. Aunque el universo fuera el resultado de una explosión cósmica, eso no contradice lo que afirma la Biblia. En ese caso, Génesis 1:1 estaría respondiendo a la pregunta de quién causó esa gran explosión.

Es cierto que muchos científicos creen que la explosión fue espontánea y sin ningún control, y que con el tiempo las partículas de materia formaron las estrellas y los planetas. La Biblia no apoya esa idea, sino que dice que Dios mismo creó el universo, ya fuera usando una explosión cósmica o cualquier otro medio.

“En el principio Dios creó los cielos y la tierra” (Génesis 1:1).

Según la Biblia, ¿es posible que los seres vivos cambien con el paso del tiempo?

Sí. La Biblia dice que Dios creó a todos los seres vivos “según su género” (Génesis 1:11, 12, 21, 24, 25). ¿Puede haber variación dentro de un mismo género? Claro que sí. Entonces, ¿demuestran esas variaciones que un género puede evolucionar y formar uno nuevo? No.

Piense en el siguiente ejemplo: en la década de 1970, ciertos investigadores estudiaron los pinzones de las islas Galápagos. Descubrieron que cuando hubo cambios en el clima, los pinzones con un pico más grande sobrevivieron más fácilmente. Algunos pensaron que esto probaba la evolución. Pero ¿demostraba esto la evolución o se trataba de simple adaptación? Años más tarde, los pinzones de pico más pequeño volvían a ser mayoría. Tras este experimento, el profesor en Antropología Jeffrey H. Schwartz concluyó que la adaptación puede ayudar a las especies a sobrevivir a los cambios, pero en ningún caso se “crea nada nuevo”.

 La creación y la evolución, ¿pueden ser ambas verdad?

La Biblia dice que Dios creó “todas las cosas” (Revelación [Apocalipsis] 4:11). También dice que no descansó hasta terminar toda su obra (Génesis 2:2). Así que la idea está clara: Dios no creó un organismo simple, y entonces descansó y dejó que ese organismo evolucionara durante millones de años hasta convertirse en peces, simios y humanos. * Esta idea, llamada macroevolución, descarta al Creador, quien, según la Biblia, creó “los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos” (Éxodo 20:11; Revelación 10:6).

“Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas” (Revelación 4:11).

Además, piense en lo siguiente: La Biblia dice que “por medio de lo que Dios ha creado, todos podemos conocerlo” (Romanos 1:20Traducción en lenguaje actual). Conocer a Dios le dará un verdadero sentido a su vida, ya que él tiene un propósito amoroso para toda persona que sinceramente lo busca (Eclesiastés 12:13; Hebreos 11:6). Si desea más información, hable con los testigos de Jehová o visite el sitio jw.org.

lunes, 20 de enero de 2020

¿Qué significa la ley del “ojo por ojo”?


La ley del “ojo por ojo” formaba parte de las leyes que Dios dio a los israelitas mediante Moisés. Además, Jesús la mencionó en el Sermón del Monte (Mateo 5:38; Éxodo 21:24, 25; Deuteronomio 19:21). Según esta ley, el castigo que se imponía a un malhechor tenía que ser proporcional al mal que había cometido. *

Esta ley se aplicaba a quienes hacían daño a propósito a otras personas. En esos casos, la Ley mosaica decía: “Fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; la misma clase de defecto que le cause al hombre, eso es lo que se le debe causar a él” (Levítico 24:20).

 ¿Cuál era el objetivo de la ley del “ojo por ojo”?

La ley del “ojo por ojo” no daba permiso para vengarse. Más bien, ayudaba a los jueces nombrados a imponer castigos apropiados, ni demasiado severos ni demasiado blandos.

Esta ley también servía como medida disuasoria para los que hicieran daño a otros de manera intencionada o estuvieran pensando en hacerlo. Como la Ley misma explicaba, quienes vieran cómo se ponía en práctica la justicia de Dios tendrían miedo y nunca volverían a “hacer ninguna cosa mala como esta” (Deuteronomio 19:20).

 ¿Deben seguir los cristianos la ley del “ojo por ojo”?

No, los cristianos ya no están obligados a seguir esta ley. Era parte de la Ley mosaica, que quedó anulada con la muerte de Jesús (Romanos 10:4).

De todos modos, esta ley nos ayuda a entender la manera de pensar de Dios. Por ejemplo, muestra que Dios valora la justicia (Salmo 89:14). También nos enseña que él considera justo que quienes hacen algo malo deben ser castigados “hasta el grado debido” (Jeremías 30:11).

 Conceptos erróneos sobre la ley del “ojo por ojo”

Lo que algunos creen: La ley del “ojo por ojo” era demasiado severa.

La verdad: Esta ley no favorecía que se aplicara la justicia de manera severa ni cruel. De hecho, cuando se aplicaba correctamente, los jueces nombrados solo podían decidir el castigo después de analizar las circunstancias y el grado de intencionalidad del ofensor (Éxodo 21:28-30; Números 35:22-25). Por lo tanto, la ley del “ojo por ojo” evitaba que se impusieran castigos excesivos.

Lo que algunos creen: La ley del “ojo por ojo” promovía un ciclo interminable de venganza.

La verdad: La Ley mosaica decía: “No debes tomar venganza ni tener rencor contra los hijos de tu pueblo” (Levítico 19:18). Así que, en vez de promover la venganza personal, la Ley animaba a confiar en Dios y en el sistema legal que él había establecido para corregir cualquier mal (Deuteronomio 32:35).

domingo, 16 de diciembre de 2018

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martes, 13 de diciembre de 2016

El verdadero origen de la Navidad

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¿LE PARECE importante saber la verdad sobre temas espirituales? En ese caso, tal vez se haya planteado estas preguntas: 


1) ¿Nació Jesús realmente un 25 de diciembre? 
2) ¿Fueron tres los supuestos reyes magos, y a qué se dedicaban en realidad? 
3) ¿Qué tipo de “estrella” los condujo hasta Jesús? 
4) ¿Qué tiene que ver Santa Claus, o Papá Noel, con Jesús y su nacimiento?
5) ¿Cómo ve Dios la costumbre navideña de dar regalos o, dicho de forma más precisa, de intercambiarlos?

Analizaremos estas preguntas a la luz de la Biblia y los hechos históricos.

1) ¿Nació Jesús realmente un 25 de diciembre?

La costumbre. Según la tradición, el nacimiento de Jesús tuvo lugar un 25 de diciembre. El Diccionario abreviado Oxford de las religiones del mundo define Navidad como la “fiesta cristiana que conmemora el nacimiento de Jesús, celebrada el 25 de diciembre”.

Sus raíces. “La elección del 25 de diciembre no tiene fundamento en la Biblia —explica The Christmas Encyclopedia—, sino en las fiestas romanas paganas que se celebraban a finales del año”, aproximadamente en la época del solsticio de invierno, cuando los días empiezan a alargarse, en el hemisferio norte. Aquellas fiestas incluían las Saturnales, en honor de Saturno, dios de la agricultura, “y las fiestas combinadas de dos dioses solares, el romano Sol y el persa Mitra”, señala la misma enciclopedia. Estas últimas conmemoraban el nacimiento de ambos dioses y se celebraban el 25 de diciembre, fecha del solsticio de invierno según el calendario juliano.

Aquellas fiestas paganas comenzaron a “cristianizarse” en el año 350, cuando el papa Julio I designó el 25 de diciembre como día del cumpleaños de Jesús. “La Natividad asimiló o suplantó gradualmente todos los demás ritos del solsticio —indica la Encyclopedia of Religion—. La imaginería solar se utilizó cada vez más para representar al Cristo resucitado (a quien también se llamó Sol Invicto), y el viejo disco solar [...] se convirtió en el halo de los santos cristianos.”

Lo que dice la Biblia. Las Escrituras no mencionan la fecha del nacimiento de Jesús, pero podemos estar seguros de que no nació un 25 de diciembre. ¿Por qué? La Biblia revela que cuando nació Jesús había pastores que “vivían a campo raso” y cuidaban sus rebaños de noche cerca de Belén (Lucas 2:8). Ahora bien, en octubre solía empezar la estación fría y lluviosa, y para diciembre, el frío se intensificaba e incluso venía acompañado de nevadas. Entonces, los pastores —en especial los de las tierras altas más frías, como las que rodeaban Belén— guardaban sus rebaños en refugios por las noches.*

Un hecho significativo es que los primeros cristianos, muchos de los cuales habían acompañado a Jesús en su ministerio, no celebraron su cumpleaños en ninguna fecha. Más bien, en armonía con lo que él les mandó, solo conmemoraron su muerte (Lucas 22:17-20; 1 Corintios 11:23-26). No obstante, puede que algunos se pregunten si importa realmente la conexión con el paganismo. La respuesta es que a Dios sí le importa. Jesucristo dijo: “Los verdaderos adoradores adorarán al Padre con espíritu y con verdad” (Juan 4:23).

2) Los “reyes magos”: ¿cuántos eran y a qué se dedicaban en realidad?

La costumbre. Suele representarse a tres “reyes magos” que llegan desde el Oriente guiados por una “estrella” y ofrecen regalos al niño Jesús en el pesebre de un establo. A veces también aparecen pastores en las escenas.

Sus raíces. Aparte del breve relato de las Escrituras, “todo esto no deja de ser una simple leyenda sin base bíblica alguna, llevada de un lado a otro por la tradición”, señala el Comentario exegético al texto griego del Nuevo Testamento.

Lo que dice la Biblia. La Biblia no dice cuántos eran. Puede que fueran dos, tres, cuatro o más. La palabra para designarlos en el idioma original es mágoi, y no significa reyes, sino astrólogos o hechiceros, que, según la Biblia, eran algo “detestable a Jehová” (Deuteronomio 18:10-12). Debido al largo viaje que hicieron desde el Oriente, los astrólogos no pudieron llegar a tiempo de visitar a Jesús en el establo. Más bien, después de quizás meses de viaje, “entraron en la casa” donde vivía. Allí vieron “al niñito con María su madre” (Mateo 2:11).

3) ¿Qué tipo de estrella condujo a los astrólogos?

Podemos hacernos una idea pensando en lo que la estrella hizo. Por una parte, no llevó a los hombres directo a Belén, sino a Jerusalén, donde sus preguntas sobre Jesús llegaron a oídos del rey Herodes. El rey “mandó llamar secretamente a los astrólogos”, quienes le hablaron del recién nacido “rey de los judíos”. Herodes entonces les dijo: “Hagan una búsqueda cuidadosa del niñito, y cuando lo hayan hallado vuelvan e infórmenme”. No obstante, el interés de Herodes en Jesús no era bienintencionado, ni mucho menos. En realidad, aquel gobernante orgulloso y despiadado estaba decidido a acabar con Jesús (Mateo 2:1-8, 16).

Curiosamente, la “estrella” condujo después a los astrólogos hacia el sur hasta Belén y, una vez allí, “se detuvo” sobre la casa donde estaba Jesús (Mateo 2:9, 10).

Es obvio que no se trataba de una estrella normal. Además, si Dios había enviado ángeles a informar a humildes pastores del nacimiento de Jesús, ¿por qué habría de recurrir a una estrella para guiar a astrólogos paganos, primero hasta su enemigo y luego hasta el propio Jesús? La única conclusión razonable es que la estrella fue una artimaña siniestra de Satanás, que es capaz de tales manifestaciones (2 Tesalonicenses 2:9, 10). Resulta paradójico que en la punta de los árboles de Navidad se coloque un adorno llamado la estrella de Belén.

4) ¿Qué tiene que ver Santa Claus con Jesús y con su nacimiento?

La costumbre. En muchos países se considera que Santa Claus es el que trae regalos a los niños.* Los pequeños suelen escribirle para pedirle regalos que, según la tradición, fabrica con la ayuda de unos geniecillos en su cuartel general en el Polo Norte.

Las raíces. Según la costumbre popular, el mito de Santa Claus debe su origen a San Nicolás, arzobispo de Mira, ciudad de Asia Menor (la actual Turquía). Según el Diccionario de los santos, “las noticias sobre su vida son escasas y llenas de elementos legendarios”. Santa Claus es, al parecer, una abreviatura del nombre latino Sanctus Nicolaus. Así que tanto desde el punto de vista histórico como bíblico, Santa Claus no tiene nada en común con Jesucristo.

Lo que dice la Biblia. “Ahora que han desechado la falsedad, hable verdad cada uno de ustedes con su prójimo”. Nuestro “prójimo” más cercano son los miembros de nuestra familia (Efesios 4:25). La Biblia también dice a los siervos de Dios que “amen la verdad” y “habl[en] la verdad en su corazón” (Zacarías 8:19; Salmo 15:2). Claro, decir a los niños que Santa Claus, o los reyes magos, son quienes les traen los regalos puede parecer inocente, pero ¿está bien o es sensato engañar a los pequeños, aunque no sea con mala intención? ¿No le parece irónico que se engañe a los niños en una ocasión supuestamente dedicada a honrar a Jesús?

5) ¿Cómo ve Dios los regalos y los festejos de Navidad?

La costumbre. Dar regalos en Navidad se sale de lo normal porque implica principalmente un intercambio. La temporada de Navidad se caracteriza por las fiestas, el comer y el beber.

Sus raíces. Las antiguas fiestas romanas de las Saturnales comenzaban el 17 de diciembre y concluían el 24 con el intercambio de regalos. Las casas y las calles se llenaban del ruido de banquetes, borracheras y juergas desenfrenadas. Luego se celebraba el primero de enero con un festejo que solía durar tres días. Es probable que las Saturnales y el primero de enero formaran parte de una sola fiesta.

Lo que dice la Biblia. La alegría y la generosidad caracterizan a la adoración verdadera. La Biblia invita: “Estén gozosos, ustedes los justos; y clamen gozosamente” (Salmo 32:11). Ese tipo de gozo suele estar relacionado con la generosidad (Proverbios 11:25). Jesucristo aseguró: “Hay más felicidad en dar que en recibir” (Hechos 20:35). Y exhortó: “Practiquen el dar”, o lo que es lo mismo, hagan que dar sea una acción habitual en su vida (Lucas 6:38).

Dar de esa forma es muy diferente de hacerlo por obligación o como parte de un rito, tal vez por una costumbre social. La Biblia describe el auténtico espíritu de generosidad en estos términos: “Cada uno debe decidir en su corazón cuánto dar; y no den de mala gana ni bajo presión, ‘porque Dios ama a la persona que da con alegría’” (2 Corintios 9:7, Nueva Traducción Viviente). Quienes siguen estos excelentes principios bíblicos dan porque su corazón generoso los motiva a hacerlo, sea cual sea la época del año. No hay duda de que esa forma de dar cuenta con la bendición de Dios y nunca resulta una carga.

Una falsificación


Cuando se examinan a la luz de las Escrituras, prácticamente todos los aspectos de la Navidad son de origen pagano o fruto de la distorsión de los relatos bíblicos. Por lo tanto, las costumbres de Navidad son cristianas solo de nombre. ¿Cómo llegaron a adoptarse? Siglos después de la muerte de Cristo, y tal como la Biblia había predicho, se levantaron falsos maestros (2 Timoteo 4:3, 4). Estos hombres sin escrúpulos estaban más interesados en hacer agradable el cristianismo a las masas paganas que en enseñar la verdad. Por lo tanto, gradualmente fueron adoptando fiestas religiosas paganas populares y poniéndoles la etiqueta de “cristianas”.

Estos falsos maestros —advirtió la Biblia— “los explotarán a ustedes con palabras fingidas. Pero en cuanto a ellos, el juicio desde lo antiguo no se mueve lentamente, y la destrucción de ellos no dormita” (2 Pedro 2:1-3). Los testigos de Jehová se toman en serio dicha advertencia, igual que el resto de la Biblia, a la que consideran la Palabra escrita de Dios (2 Timoteo 3:16). Por ello, rechazan las costumbres o celebraciones religiosas falsas. ¿Los ha privado tal postura de ser felices? Al contrario. Como veremos a continuación, ahora saben por experiencia que la verdad bíblica es liberadora.



Parece que Jesús nació en el antiguo mes judío de etanim, que correspondía a parte de septiembre y parte de octubre. (Véase la obra de consulta Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1, página 881, editada por los testigos de Jehová.)

En muchos países de habla hispana son los reyes magos, y no Santa Claus, quienes traen los regalos. Pero en ambos casos, los regalos son la idea principal.



QUIEN SIEMBRA MALA HIERBA, RECOGE MALA HIERBA


Hubo una época en que las autoridades eclesiásticas lucharon “a brazo partido contra los vestigios del paganismo”, afirma el libro Christmas Customs and Traditions—Their History and Significance (Historia y significado de las costumbres y tradiciones navideñas). Pero con el paso del tiempo llegó a interesarles más llenar los bancos de las iglesias que enseñar la verdad. Así que empezaron a hacer la vista gorda ante las prácticas paganas. Finalmente las adoptaron.

La Biblia señala que uno siega lo que siembra (Gálatas 6:7). Tras haber sembrado en sus campos la semilla del paganismo, las iglesias no deberían sorprenderse de que haya proliferado la “mala hierba”, es decir, que una celebración supuestamente dedicada a honrar el nacimiento de Jesús se haya convertido en la excusa para juergas y borracheras, que el centro comercial esté más concurrido que la iglesia, que las familias se carguen de deudas para comprar regalos y que los niños confundan los mitos con la realidad y a Jesucristo con Santa Claus. Con buena razón, Dios dijo: “Dejen de tocar la cosa inmunda” (2 Corintios 6:17).


La Navidad, como las antiguas Saturnales, se caracteriza por las fiestas, el comer y el beber.


Historia de las costumbres navideñas


Celebración del nacimiento de Jesús. Los primeros cristianos no celebraban el cumpleaños de Cristo porque “consideraban estas festividades [...] como reliquias de las prácticas paganas” (Las cosas nuestras de cada día).


El 25 de diciembre. No hay prueba de que Jesús haya nacido en esa fecha. Al parecer, los líderes de la Iglesia eligieron una fecha que coincidiera con la época de las celebraciones paganas del solsticio de invierno.

Regalos, banquetes y fiestas. “Las Saturnales, fiestas romanas que se celebraban a mediados de diciembre, sentaron en muchos aspectos el modelo para el jolgorio navideño. De ellas se tomaron, por ejemplo, los banquetes, la entrega de regalos y el encendido de velas.” (The Encyclopedia Americana.) A este respecto, el Diccionario de historia de la Iglesia reconoce: “El jolgorio y el intercambio de regalos tienen origen en el festival romano de las Saturnales (17-24 de diciembre)”. Además, la Encyclopædia Britannica dice que durante las Saturnales se suspendían todas las labores.


Luces navideñas. De acuerdo con The Encyclopedia of Religion, las familias europeas decoraban sus hogares “con luces y hojas perennes de todo tipo” para celebrar el solsticio de invierno y para protegerse de los malos espíritus. Y el Diccionario de historia de la Iglesia afirma: “Los arbustos verdes y las luces vienen de las Calendas de enero (1 de en., el nuevo año) con asociación con el sol”.
Adornos hechos con acebo y muérdago. “Los druidas atribuían poderes mágicos al muérdago en particular. Las hojas de acebo eran veneradas como una promesa del retorno del Sol.” (The Encyclopedia Americana.)

Árbol de Navidad. La Encyclopædia Britannica señala: “El culto a los árboles era común entre los europeos paganos y sobrevivió a la conversión de estos al cristianismo”. Una de las prácticas derivadas de este culto es “colocar un árbol de Navidad a la entrada o en el interior de la casa durante la fiesta invernal”.
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sábado, 2 de mayo de 2015

Cómo dejar de discutir?




EL PROBLEMA


¿Sienten que no les es posible resolver los asuntos con calma, que están caminando por un campo minado y que cualquier paso en falso podría hacer estallar una pelea?
Si así es, no se desanimen: su situación puede mejorar. Pero primero tienen que descubrir por qué discuten tanto.


LAS CAUSAS


Malentendidos. Iliana admite: “A veces intento decirle algo a mi esposo, pero las palabras no me salen como yo quisiera. Otras veces insisto en que le he dicho algo cuando en realidad solo me lo he imaginado. De verdad, no estoy exagerando”.
Diferencias de opinión. Sin importar lo compatibles que sean, no siempre verán las cosas de la misma manera. ¿Por qué? Porque no hay dos personas totalmente iguales, un hecho que hace la vida más interesante pero que también puede causar tensión. En el caso de muchas parejas, lo segundo es más común que lo primero.
Malos ejemplos. “Mis padres se peleaban todo el tiempo y se faltaban al respeto —recuerda Raquel—, así que cuando me casé comencé a hablarle a mi esposo igual que mi madre le hablaba a mi padre. No había aprendido a ser respetuosa.”
Problemas de fondo. A menudo, el problema que origina una pelea no es el que parece a simple vista. Por ejemplo, cuando una esposa le dice a su esposo: “¡Siempre llegas tarde!”, el problema tal vez no sea que él haya llegado tarde, sino que ella siente que no la trata con consideración.
Sea cual sea la causa, las peleas frecuentes afectan la salud e incluso pueden llevar al divorcio. Entonces, ¿cómo dejar de discutir?


LO QUE PUEDEN HACER


Una clave es identificar la raíz del problema. Cuando ambos estén tranquilos, lleven a cabo el siguiente ejercicio.
1. Escriba cada uno en una hoja de papel el asunto por el que discutieron la última vez. Por ejemplo, un esposo podría escribir algo así: “Te pasaste todo el día con tus amigas y no me llamaste ni una sola vez”. Y la esposa podría escribir algo así: “Te enojaste porque salí con mis amigas”.
2. Con una mentalidad abierta, analicen juntos las siguientes preguntas: ¿Realmente era tan grave el asunto? ¿Hubiera sido mejor dejarlo pasar? Para mantener la paz, a veces lo mejor es aceptar que no siempre estarán de acuerdo y pasar por alto las diferencias con amor. (Principio bíblico: Proverbios 17:9.)
Si ambos llegan a la conclusión de que el problema no era para tanto, pídanse perdón y olvídenlo. (Principio bíblico: Colosenses 3:13, 14.)
Ahora, si uno o los dos siguen pensando que lo sucedido es grave, den el siguiente paso.
3. Anoten cada uno en su hoja lo que sintieron durante la discusión. El esposo podría escribir algo como: “Me pareció que preferías estar con tus amigas a estar conmigo”. Y la esposa podría poner: “Sentí que me trataste como a una niña que tiene que estar llamando a su papá a cada rato”.
4. Intercambien las hojas y lean lo que escribió el otro. ¿Qué sentía en el fondo su cónyuge mientras estaban discutiendo? Digan qué cosas pudieron haber hecho de manera diferente para tratar el problema de fondo y no terminar peleando. (Principio bíblico: Proverbios 29:11.)
5. Hablen de lo que aprendieron durante el ejercicio. ¿Cómo pueden ponerlo en práctica para ahorrarse discusiones futuras o para detenerlas en cuanto comiencen?

Se han cambiado los nombres.

TEXTOS CLAVE

“El que encubre la transgresión busca amor.” (Proverbios 17:9)
“Continúen soportándose unos a otros y perdonándose liberalmente unos a otros.” (Colosenses 3:13)
“Todo su espíritu es lo que el estúpido deja salir, pero el que es sabio lo mantiene calmado hasta lo último.” (Proverbios 29:11)

SI HAN DISCUTIDO

Vayan al fondo del problema. ¿Qué necesitaba realmente el uno del otro durante la pelea? Ataquen la raíz.
Recreen la discusión en su mente. ¿Qué cosas pudieron haber hecho de manera diferente para tratar el problema de fondo sin pelear?

Si el problema no era para tanto, pídanse perdón y olvídenlo